A
menudo, los escritores utilizamos nuestros escritos como terapia propia, para
cerrar puertas con determinados temas, o para reconciliarnos con nosotros
mismos por problemas en nuestro pasado, o por situaciones que no llegamos a
superar, y plasmamos en el papel todo o casi todo lo que nos trastorna; bien en
pequeños fragmentos, que vamos repartiendo en diferentes libros, en diferentes
capítulos, o bien dotamos a nuestros personajes de la personalidad suficiente
para resolverlos y así resarcirnos a nosotros mismos.
Dicho
esto, Mitad y Mitad es la obra más desgarradora de Amagoia Arce (Una Locura Coqueta, Tengo 30, ¿Y Ahora Qué?, Amaia, Busco Pareja Para Navidad, Sin Rastro de Amaia), tan
acostumbrados que nos tiene a esos giros inesperados en lo que en un principio
tenemos como novela romántica, en la que se libera, se despoja con todo su
dolor, de una de las situaciones más dolorosas de su vida, el fallecimiento de
su madre a manos del maldito cáncer. No en vano le llevó dos años concluir
dicho libro, con el que sentía, a cada palabra que escribía, que la iba
destrozando desde dentro.