MITAD Y MITAD, LA NOVELA MÁS DESGARRADORA DE AMAGOIA ARCE


A menudo, los escritores utilizamos nuestros escritos como terapia propia, para cerrar puertas con determinados temas, o para reconciliarnos con nosotros mismos por problemas en nuestro pasado, o por situaciones que no llegamos a superar, y plasmamos en el papel todo o casi todo lo que nos trastorna; bien en pequeños fragmentos, que vamos repartiendo en diferentes libros, en diferentes capítulos, o bien dotamos a nuestros personajes de la personalidad suficiente para resolverlos y así resarcirnos a nosotros mismos.

Dicho esto, Mitad y Mitad es la obra más desgarradora de Amagoia Arce (Una Locura Coqueta, Tengo 30, ¿Y Ahora Qué?, Amaia, Busco Pareja Para Navidad, Sin Rastro de Amaia), tan acostumbrados que nos tiene a esos giros inesperados en lo que en un principio tenemos como novela romántica, en la que se libera, se despoja con todo su dolor, de una de las situaciones más dolorosas de su vida, el fallecimiento de su madre a manos del maldito cáncer. No en vano le llevó dos años concluir dicho libro, con el que sentía, a cada palabra que escribía, que la iba destrozando desde dentro.

 

En definitiva, Mitad y Mitad es un libro que nos va a dejar un sabor de boca agrio, pero conociendo a la autora, seguro que nos tendrá preparadas muchas sorpresas en esta historia; en la que Jane, su protagonista, pasa de ser la típica hija y hermana ejemplar y dedicada a los suyos a una mujer más libre y dedicada a sí misma, a lo que a ella realmente le gusta y quiere hacer, enfrentándose a los que, de pronto, la acusan de egoísta o a sus propios temores de llegar a serlo. Arrastrándonos a la duda de qué es lo correcto y qué lo incorrecto según nuestras propias creencias.



Mitad y Mitad

 

Jane era la pequeña de tres hermanas y siempre había hecho lo correcto, le importaba demasiado la opinión de sus padres. Sus hermanas eran todo lo contrario, habían vivido su vida.

La vida de Jane era tan idílica que cuando se truncó ella decidió darle un giro de 360º y salirse de ese camino que siempre o casi siempre había sido el correcto.

Había decidido vivir con todas sus consecuencias.

A veces lo correcto no es siempre lo que queremos, a veces lo correcto es lo incorrecto.

A veces nos preocupamos por algo que todavía no ha pasado, y que quizá nunca llegue a pasar, o sí.

 

 




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