CONDENADO




Estoy condenado a vagar

por el país de los malos recuerdos.

Me han condenado a pasar

entre las sombras de los que ya no miran,

aquellos que dejaron sus huellas inmarcesibles

en mi piel cuarteada por el olvido.

 

Soy el rey de la oscuridad

en mi trono desvergonzado,

que busca como librar batallas

contra monstruos que sólo

existen en mi pasado.

 

Estoy condenado a sufrir

los recelos de mi consciencia,

que sólo juegan a ungir

mis más profundos temores.

Para borrar toda luz

de mi camino plagado de flores.

 

Estoy condenado a morir

sufriendo de fríos dolores,

que arrastrarán mi alma

al océano de los más temibles horrores.

 

G. David Peralta 

 




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