Es como
el peso
Que se
lleva en las espaldas.
Es como
el día
Que te
azota y no se acaba.
Es como
el viento
Que sopla
y no se calma,
O la
marea que sube y baja,
Pero que nada
la para.
Es esa
fuerza
Que
domina y no nos habla.
Son los latidos
De ese
corazón que nunca paran.
Es el
deseo que se instala
en las
entrañas,
que no
puedes sacarlo
por muy
lejos que te vayas.
Son las
ideas que germinan
aunque éstas
sean malas.
Es ese
olor que se te mete
y no sale
por mucho que te laves.
Hay algo
ahí, que no vemos
pero que
sí nos mata.
Es esa
cosa que sin quererlo
Día a día
nos separa,
como la
luz que se apaga
hasta que
la oscuridad nos traga.
Para
luego resurgir
Con el
alma renovada.
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