Marcial Martín nos presenta El difunto de las cien viudas, una historia compleja, con mucho sentido del humor, pero con
mucha profundidad en la vida del personaje principal, el difunto, y sobre todos
los que le rodean. No es que Luis Rosales tenga cien viudas y todas o casi
todas sean prostitutas, sino más bien es el resultado de ver el paso de tantas
mujeres de mala vida ante su féretro en el primer capítulo, El Velatorio; en el
que su mujer y su hija, además de sus familiares, se quedan atónitos ante
semejante estampa.
El Difunto de las cien
viudas fue presentada a varios concursos literarios en los que quedó finalista
y es un recorrido por la vida de Luis Rosales, el finado, un cantante de coplas
y boleros que se dedica a viajar por el mundo y a visitar prostíbulos en los
que se dedica a cantarles a las prostitutas, de ahí que tenga tantas “amigas”. Con
este argumento tan original, Marcial, nos sumerge en una novela que trasciende
los límites de géneros, de hecho, el mismo autor nos asegura que no sabe en qué
género ubicar su novela.
Licenciado en Ciencias de
la Información, Marcial hizo un Máster en Investigación Literaria sobre La
Gloria de don Ramiro, del escritor argentino Enrique Larreta y lo que le sirvió
de influencia para escribir sus novelas El Huevo y El difunto de las cien viudas, esta última publicada con la editorial Leibros.
El Difunto de las cien Viudas
Viendo la sonrisa que luce Luis
Rosales en su ataúd, se diría que se está burlando de las caras de estupor que
se les quedan a las gentes de bien que contemplan atónitas cómo una marabunta
de mujeres extravagantes (presumiblemente prostitutas), se presentan en el
tanatorio para brindarle un último adiós; pero lo cierto es que si en vida el
protagonista de tan particular velatorio hubiera sabido el espectáculo que con
su defunción iba a provocar, la verdadera causa de su fallecimiento hubiera
sido la vergüenza.
Flames
David Guetta & Sia
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