Inmaculada Fuentes
Ballesteros quería estudiar Medicina, pero por causas de la vida, lo tuvo que
posponer hasta que, mucho más adulta, pudo ponerse a ello y sacarse el título de Técnico en cuidados
auxiliares de Enfermería y Técnico en asistencia socio-sanitaria.
Pero la
vocación de escritora no le vino hasta que alguien le aconsejó escribir sus
vivencias, ya que esto sería una forma para que todo aquello le dejara de
doler. Así lo hizo, sin pensar por un momento en llegar a publicar nada,
simplemente quería sacar todo su dolor, expresarlo en papel y dejar el
sufrimiento allí plasmado, en aquellos folios, para que la dejaran vivir en
paz.